miércoles, 2 de agosto de 2023

Maxi Peruscina:


                   “Banfield es una gran institución y obviamente, no quiero que descienda”

Por @Gonza_Rossi

En forma muy exclusiva, el ex arquero Maximiliano Peruscina, se hizo un tiempo para charlar con nosotros. En relación a sus inicios en el fútbol, contó: “Empecé a jugar a los nueve años, en el baby del club ECA, ubicado en la localidad de Temperley. Después, mis viejos me llevaron a Los Andes, donde estuve dos años integrando los planteles de Pre Novena y Novena División. Estando en el Milrayitas, comencé a atajar en cancha de once”.

  También, reconoció: “Viví un cambio muy grande estando en el Taladro. Porque pase de entrenar en el Parque de Lomas y llevarme todos los días la ropa, a tener una utilería en la que te daban todo. Te sentías como un profesional. Me acuerdo que en ese entonces, en el plantel superior, estaba en el arco Ángel David Comizzo, Después de practicar, me quedaba viendo como atajaba el Flaco; era un espectáculo. También, se encontraban Jorge Ciancaglini y Guillermo Crudo”.


  Además, confesó: “Crecí en una época dorada con respecto a los arqueros. Mi ídolo siempre fue el Mono, Navarro Montoya. Pero también, recuerdo que en ese entonces también atajaban (Luís) Islas, el mencionado Comizzo, Oscar Passet, (Josa Luis) Chilavert y el Anguila Gutiérrez”.

  Asimismo, sostuvo: “A pesar de que estuve diez años en Banfield, y viví muchas etapas, no llegué a debutar en Primera. Si fui varios partidos al banco de suplentes estando con el plantel superior, tanto en el torneo Nacional B como en Primera A. Pude atajar muchos encuentros en el estadio Florencio Sola para la Tercera, cuando se llevaba a cabo el partido preliminar antes de que se juegue el de Primera. Tuve mala fortuna con el tema de lesiones, ya que me luxé ambos hombros y sufrí una rotura de ligamentos en una de las rodillas. Esto mi hizo perder mucho terreno con respecto a mis compañeros. Pese a eso, firmé tres contratos como futbolista profesional”.

   Luego, volvió al club de sus amores: Los Andes. “Tras irme libre de Banfield, me fui a Los Andes. En esa época, atajaba para el cuadro de Lomas Alejandro Migliardi, pero supuestamente no cerraba mucho que juegue él, porque no venía de hacer una temporada. Comenzó atajando Chiche, pero luego terminé en el arco yo. En ese semestre hicimos una gran campaña, pero terminamos descendiendo por la tabla de promedios”, señaló. 

  Conjuntamente, estuvo en Europa. “En una oportunidad, necesitaba un cambio grande, y por eso decidimos con un amigo, Fabián Miño, probar suerte afuera, y nos fuimos para España. Fue una gran experiencia. Allí, por cuestiones de desconocimiento, ya que ninguno de los dos tenía pasaporte comunitario, terminamos jugando la  Tercera División española, para la Gimnástica Medinense”, indicó.

A su vez, atajó en San Miguel. “Partí a San Miguel cuando el Trueno Verde estaba en la Primera C, e intervenido judicialmente. Un caos (sonríe). En este club me dirigió Omar Santorelli, un fuera de serie, y atajé 38 partidos, en los cuales me anotaron 34 goles. Fue un gran torneo. Lo malo, que nos costaba mucho cobrar”, admitió. 

  Más tarde, pasó por Acasusso. “A raíz del campeonato que tuve en San Miguel, me vinieron a buscar varios equipos de la categoría. Pero mi prioridad era volver a saltar de división. En una ocasión, me llamó Pipo Marin, que estaba en Acasusso, y me dijo que quería contar conmigo. Pudimos llegar a un acuerdo y firmamos contrato en el elenco azul, en el que estuve muy a gusto y cómodo”, marcó. 

  Posteriormente, anduvo en Agropecuario Argentino. “Luego de estar cinco temporadas en Susso, me surgió la posibilidad de pasar a Agropecuario, tras que me pidiera el DT que estaba en el conjunto de Carlos Casares, Santorelli. Jugando para este club, que tenía en ese momento dos años de fundación, contaba con un Presidente, Bernardo Grobocopatel, que no tenía conocimiento de cómo manejarse con los jugadores profesionales, pero contaba con mucho poder económico. En lo deportivo, el primer torneo fue muy bueno, lo que generó que me ofrecieran renovar por un año y medio más. Pero más tarde, llegó un agente a esta institución teniendo intenciones de acercar futbolistas y hacer negocios. Y como yo no era rentable para ellos, porque ya tenía 34 años, un día nos reunimos con dicho Presidente y me dijo que, como ya no peleábamos por nada, y era uno de los sueldos más caros, terminemos rescindiendo en común acuerdo”, dijo.

-¿Cómo fue la estadía en Juventud de Pergamino?

En Juventud conocí un club muy desordenado. Al principio, no fuimos muy bien recibidos por los hinchas. Generalmente, los que se denominan jugadores que vienen de afuera y no son de la Ciudad, estos hinchas sienten que le sacan lugar a un chico del mismo sitio. Más yo que venía de Agropecuario, que en la categoría ya se veía que era equipo un poderoso por su Presidente. Posteriormente, me fui acomodando. En lo institucional, teníamos muchos problemas para cobrar y nos decían muchas mentiras. Me fui con 4 meses de deuda.

-¿Cuál es tu presente?

En estos momentos, estoy trabajando en el Correo Andreani, en la parte administrativa, alejado del fútbol (se ríe). 

  Por último, cerró diciendo: “Si bien tengo muchos conocidos en Banfield, no sigo mucho la campaña del Taladro. Lo que sí puedo afirmar, es que es una gran institución y obviamente, no quiero que descienda. Fui hace poco al predio que tienen, y vi un club en lo social y deportivo muy ordenado. Después, en lo administrativo, no sé qué decir”.

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