Por
@Gonza_Rossi
El ex volante Víctor
Ormazabal, se hizo un tiempo para dialogar con este medio. Con respecto a
sus inicios en el fútbol, recordó:“Empecé
a jugar en el club de mi barrió, llamado El Fortín, que queda en Villa Madero,
a los seis años. Recuerdo que llegué ahí gracias mi papa”.
“Siempre me gustaron muchos futbolistas,
como (Diego) Maradona, que lo vi poco y (Enzo) Francescoli, por nombrarte
algunos de todos los crack que veía. Pero, como con el tiempo fui cambiando mi
posición dentro de la cancha, y comencé a mirar más a los volante por la derecha,
como a (Diego) Cagna”, respondió cuando le preguntaron a cuál futbolista
admiraba de chico.
En relación a cómo
llego a Boca Juniors, expresó: “A Boca fui de la mano de Rubén Sánchez,
quien en una ocasión me dijo que me vaya a probar. Estando en el Xeneize, hice
todas las Divisiones Inferiores, menos la Cuarta, porque en aquel momento ya
entrenaba con el plantel profesional”.
Por otro lado, cuándo
le consultaron sobre las sensaciones de disputar un Superclásico,
Ormazabal admitió: “Este encuentro no
se compara con ningún otro partido, por cómo la gente lo vive, cómo es la
previa, y la manera en que lo toman los medios de comunicación. Pude
jugarlo en Reserva y en las Juveniles, teniendo resultados positivos”.
Por otra parte, mas tarde, al no tener muchas chances en
el equipo de La Ribera, Ormazabal decidió marcharse al Maccabi Haifa de Israel. “La posibilidad
de ir a Israel, se dio cuando llegó (Alfio) Basile como entrenador a Boca. En
ese entonces, el Coco llevó jugadores en mi posición y no tuve lugar. Por eso,
cuando recibí la oferta para irme al exterior, la acepté sabiendo que era por
un año y tenía la posibilidad de volver al equipo azul y oro con más
experiencia. Pero, al poco tiempo de llegar a Israel sufrí dolores en la
espalda, que venía arrastrando de meses anteriores. Luego, me hicieron estudios
y determinaron que lo mejor era que parara de jugar hasta que esté mejor. Pero
como no se sabía el tiempo exacto que tenía que estar fuera de las canchas,
rescindí el contrato y me recuperé en Boca”, señaló.
Luego, pasó por España.
Primero, estuvo en Pontevedra,
donde “en mi primera temporada me costó.
En ese época, venía sin tener continuidad, y el ritmo era otro. Después, en el
segundo año, mejoré, y estuvimos cerca de ascender a la Segunda División”. Posteriormente,
se puso la camiseta del Cádiz. En el
conjunto amarillo, “las cosas me salieron perfectas; tuve otro gran año, y
ascendimos a la División de Plata. En cambio, en la segunda etapa, los
objetivos no salieron como queríamos y descendimos. Dejando de lado el
descenso, destaco también la hincha del Cádiz, y a dos grandes amigos, Mariano
Toedtli y Andres Fleurquin y a sus respectivas familias. Y también a Dani
Miguelez”.
A su vez, Víctor comentó:“El partido que no me voy a olvidar nunca, a nivel grupal, fue cuando
salimos campeones de la Copa Sudamericana, en el 2004. Porque, aunque
mayormente estuve en el banco de suplentes, significó mucho para nosotros, ya
que, pese a que el equipo no venía bien, le pudimos dar una alegría a la gente.
En cambio, personalmente, siempre recordaré el ascenso con el Cádiz y el gol
que convertí en Pontevedra contra el Zaragoza, por la Copa del Rey, que
permitió que ganáramos uno a cero y pudiéramos dar esa alegría a los hinchas”.
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